Cervezas Porter
Existen muchas leyendas acerca del origen de este oscuro estilo, pero si algo está claro es que es uno de los más clásicos y establecidos del panorama cervecero internacional. Surgida en el Londres del Siglo XVIII, dio en su momento fuerzas y ánimo a los trabajadores del Puerto de la capital inglesa, que tenían que transportar los productos desde los muelles a los barcos del támesis.
Ale
Ale
Ale
Ale
Ale
Ale
Ale
Ale
Ale
Ale
Ale
Ale
Ale
Ale
Ale
Ale
Historia de las Porter
Los comienzos en el Londres del S XVIII
Como os adelantábamos antes, las Porter surgen en Londres en el Siglo XVIII. Según se cuenta, para que los trabajadores portuarios pudiesen aguantar las largas jornadas de duro trabajo. Según Feltham, escritor de la historia de la Porter en el Siglo XIX, fue el cervecero londinense Ralph Harwood quien la elaboró por primera vez, mediante la mezcla de tres estilos cerveceros: Stale, Brown Ale y Pale Ale, aunque otra vertiente historiográfica afirma que comenzó siendo una versión un poco más envejecida de las Brown Ale que se elaboraban en Inglaterra.
Lo que está claro, sea cual sea la versión con la que nos quedemos, es que a partir de la Porter la cerveza comenzó a dejarse envejecer en las fábricas hasta que se encontrase en su punto óptimo para distribuirlas directamente para su consumo. Esto permitió un cambio radical en el sector, ya que anteriormente sólo se consumían cervezas jóvenes cuya duración era mucho menor y que se debían envejecer en las propias cervecerías. Esto, unido al éxito que tuvo el estilo entre la población general, permitió expandir el negocio exponencialmente, ya que los bares ya no tenían que almacenar la cerveza y podían contar con ella para el consumo directo. Estas primeras cervezas del estilo eran más fuertes de lo habitual, con una media de 6% ABV y de color oscuro gracias a las maltas tostadas utilizadas en su elaboración.
Porter y Stout: dos estilos muy relacionados
Gracias al éxito que obtuvieron, pronto surgieron nuevos subestilos que supusieron el nacimiento de las cervezas Stout. Entre ellos, los más destacados fueron la Stout Porter, la Doble Stout Porter o la Imperial Stout Porter. Poco a poco, con el paso de los años y la popularización de estos subestilos, el término Porter se fue eliminando entre la población general hasta terminar siendo sólo Stout y el estilo evolucionó hacia lo que hoy conocemos como cerveza Stout.
Innovación en el sector gracias a las cervezas estilo Porter
El crecimiento de la industria cervecera del Siglo XVIII en adelante se vio reflejado en una mayor innovación en cuanto a técnicas de elaboración, entre ellas la utilización de hidrómetros y termómetros para conseguir perfeccionar la receta.
Dado su color, hasta el momento sólo se utilizaban maltas Brown en su fabricación, pero tras las Guerras Napoleónicas el precio de la malta aumentó considerablemente y la rentabilidad que daban las maltas Pale hizo que los cerveceros comenzaran a elaborar con este tipo de maltas y añadiesen colorante a la mezcla. Pero entonces llegó el año 1816, en el que se aprobó la ley de la cerveza inglesa, mediante la cual (como había ocurrido en Alemania) una cerveza sólo podía contener en su receta agua, malta y lúpulo. ¿Cómo solventar el problema de precios al que se enfrentaban los cerveceros? Fue entonces cuando se produjo un nuevo cambio en la elaboración del estilo: a pesar de que algunos seguían elaborando con maltas brown, la mayor parte de los fabricantes comenzó a añadir maltas Pale en un 90% y Oscuras en un 10% para aportar el color.
Según iban pasando los años, las Porter fueron haciéndose cada vez más suaves, hasta que los más generalizado fue una cerveza con mucha menos densidad y alcohol que la original, fácil de beber y mucho más barata en cuanto a elaboración.
Desde el Siglo XX a la actualidad: el declive de un estilo
Poco a poco, la popularidad de la Porter fue disminuyendo debido en parte a sus cambios y también a la escasez durante las Guerras Mundiales. Surgieron otras cervezas que gustaban más al público general y que además eran más baratas de elaborar.
Ya en los años 70 del Siglo XX, la americana Anchor Brewing comenzó a elaborar su ahora famosa Anchor Porter, que relanzó el estilo al público y consiguió un éxito que aún hoy perdura. Tras ellos, muchos comenzaron de nuevo a elaborar un estilo casi olvidado por la mayoría, hasta nuestros días, que ha vuelto a ser uno de los estilos clásicos por excelencia.
Características de las Cervezas Porter
La cerveza estilo Porter se encuentra dentro de la clasificación oficial de estilos de la BJCP, y engloba tres estilos oficiales (Brown Porter, Robust Porter y Baltic Porter), aunque, como muchos sabréis, existen más estilos no oficiales, cada uno con unas características propias.
Apariencia
De color entre marrón y marrón muy oscuro, son cervezas que presentan cierta transparencia, ya que a través de la luz, en general, adquieren tonalidades rojizas. En ciertas ocasiones pueden rozar la opacidad, aunque no es lo habitual en el estilo.
Aroma
En general, los aromas que encontrarás en este tipo de cervezas serán a maltas tostadas, con un ligero torrefacto también. Muchas de ellas también adquirirán matices como el caramelo o el chocolate.
En Boca
Su textura suele ser medianamente ligera, aunque en ocasiones es algo más densa, y de cuerpo medio. Por lo general, además, su carbonatación es entre media y leve.
En cuanto al sabor, las Porter se caracterizan por la presencia de las maltas tostadas, adquiriendo, como el el caso del aroma, ciertos matices a caramelo, chocolate, café o incluso regaliz en ocasiones. La presencia de lúpulo suele ser casi nula, ya que en este caso las protagonistas son las maltas, razón por la que el amargor en este tipo de cerveza es muy leve.
La cerveza Porter es un buen ejemplo de cómo un estilo clásico evoluciona y deriva en numerosos subestilos, cada uno con unas características similares y a la vez muy diferenciadoras. Y tú, ¿Con qué Porter te quedas?